LUGARES ARQUEOLÓGICOS EN ESPAÑA

CUEVA DE TITO BUSTILLO

En la villa de Ribadesella se localiza la Cueva de Tito Bustillo en el macizo de Ardines, una colina caliza situada en la orilla oeste del estuario que forma el río Sella en su desembocadura. Esta colina es en realidad un complejo kárstico de calizas carboníferas que está siendo excavado por el río San Miguel, responsable de las cavidades existentes en su interior, entre ellas Tito Bustillo, La Lloseta y La Cuevona. El río San Miguel es hoy día un pequeño curso de agua que penetra en la montaña por un sumidero conocido como La Gorgocera, para pasar después al nivel inferior del sistema, recorriéndolo en sentido contrario al de la visita turística, y sale al exterior por el mismo lugar que se encuentra la entrada artificial a la cueva. Este sistema kárstico tiene 3 niveles, excavados por el río en diferentes periodos; el superior corresponde a la Cueva de La Lloseta, el medio a Tito Bustillo, y el inferior es el curso actual del río, que actúa como controlador de la temperatura y humedad de la cueva.

Descubierta en 1968, la cueva es una galería de unos 700 m de longitud, a la que en la actualidad se accede por una entrada artificial localizada en el extremo opuesto a la entrada prehistórica, ya que esta última entrada quedó cegada por un derrumbe, que selló la cavidad durante milenios y permitió la conservación de las pinturas. Inicialmente las visitas se realizaban por esta antigua entrada, en Ardines, donde en 1969 se abrió un pequeño acceso a través del derrumbe y que atravesaba la sala donde se encontraba el hábitat, lugar hoy de un importante yacimiento arqueológico. En 1970, sin estudios previos, se abrió un túnel, un pasadizo artificial de 165 m de longitud dividido en 4 sectores por sucesivas puertas y que desemboca en el extremo oriental de la galería principal.

En la cueva de Tito Bustillo las representaciones rupestres van variando según las épocas y se superponen entre sí, dependiendo de las preferencias de quienes habitaron la cueva entre el 22.000 y el 10.000 a.C. Su repertorio se organiza en 11 conjuntos (algunos integran varios paneles), que reúne más de cien representaciones grabadas y pintadas que se corresponden con dos fases, una premagdaleniense (signos en rojo y escasa figuración animal) y otra magdaleniense, con zoomorfos varios y distintas técnicas.

Destacan los caballos y renos que gracias al uso de distintos pigmentos y el raspado de contornos, logran una extraordinaria y viva sensación de policromía. Hay que mencionar también la Galería de los Caballos, el Camarín de las Vulvas y la recientemente descubierta Galería de los Antropomorfos.

Hasta ahora no se ha dado una solución definitiva a la datación del arte rupestre de Tito Bustillo, pero las conclusiones obtenidas tras los estudios realizados han permitido establecer unas teorías bastante consensuadas. Los trabajos sobre las superposiciones del Panel Principal y su relación con el depósito arqueológico han permitido establecer una cronología bastante breve, que supone la decoración de la cueva a lo largo de unos pocos milenios, desde el Magdaleniense Inferior avanzado al comienzo del Magdaleniense Superior, entre 14.500 y 12.500 años. Es importante indicar que las excavaciones realizadas sólo estudiaron los niveles superficiales magdalenienses sin llegar a profundizar en los niveles inferiores para establecer una secuencia de ocupación completa. Además, un estudio más actualizado de las representaciones y su comparación con otros conjuntos rupestres ha permitido establecer una cronología aún más larga, desde momentos anteriores a los 20.000 años hasta unos 12.700 años, poco antes de su colapso, siendo la actividad humana más intensa ente los 15.000 y 14.500 años.