La Cueva del Vi o de ses Fontanelles, cerca de Cala Salada, es una cueva con pinturas rupestres que sirvió de bodega de vino. Estudios posteriores desmontan la tesis del arqueólogo francés Henri Breuil, que databa estas pinturas 1.000 años a.C. y las sitúan en la época púnica. Las pinturas no son fáciles de ver, pero el paseo por la zona de acantilados bien merece la pena. La cueva se encuentra a unos 50 metros sobre el nivel del mar.

La cueva de ses Fontanelles ha sido calificada de forma exagerada como la "Altamira pitiusa", ya que bajo su manto de piedra alberga una pequeña colección de pinturas rupestres. Hay dos dibujos que hoy aparecen poco marcados y obligan a forzar la vista para detectarlos. En la pared de poniente de la cueva se pueden apreciar dibujos de barcos.