LUGARES ARQUEOLÓGICOS EN ESPAÑA

CUEVA DE LOS SEGARULLS

La cueva de los Segarulls, cueva de les Pintures o cueva del Fondal de la Seguera, es una cueva natural con representación de pinturas rupestre y además se utilizó como lugar para enterramientos ceremoniales. Está situada en los relieves meridionales del macizo del Garraf, en el torrente del Fondo de la Seguera, a 3 km al sur de Villafranca del Penedés, en el término municipal de Olèrdola (Barcelona).

La cueva tiene una forma redondeada de surgencia, formando una boca semicircular, y un pasillo. La boca tiene unas dimensiones de 1,90 m de ancho y 1,10 m de altura. La galería, ligeramente sesgada a la derecha de la boca, tiene un recorrido de 7 m y se estrecha a la mitad terminando en forma de pequeña sala. Las paredes de la entrada están llenas de concavidades y en una de ellas, entrando a la izquierda, es donde están las representaciones de los arqueros esquemáticos, punctiformes, digitaciones y manchas. Este último tipo de representación está extendido por todas las paredes, incluso bajo el techo ahumado del pasillo se distingue alguno de estos motivos. En total son 22 figuras pintadas.

El arquero de la parte superior izquierda, identificado como el número 1, mide 3,3 cm la figura humana, 6,5 cm el arco y 5 cm la flecha. Su técnica es trazo simple, color castaño-rojizo, con una estructura de trazos simples rectas en un estilo esquemático. Su posición es estática, con las piernas entreabiertas y disparando al arco. El segundo arquero, identificado como el número 3, mide 5,5 cm la figura humana, 8,5 el arco y 5 la flecha y sus características técnicas y estilísticas son iguales a la anterior.

De las otras figuras, aparentemente todas punctiformes, se distinguen 7 tipos diferentes: puntos y trazos (número 2), grupos de puntos (números 4 a 13), grupos de puntos y digitaciones (número 14), grupos de manchas y puntos hechos con salpicada y probablemente con los dedos (números 15 y 16), grupos de manchas y digitaciones (números 17 y 18), grupo de manchas y regueros, algunos hechos por impacto (número 19), grupo de manchas, de trazo alargado y salpicada (números 21 y 22)

La conservación del conjunto pictórico es en algunos casos buena y en otros regular. Los arqueros tienen una conservación regular con problemas agravados por una especie de líquenes y el techo de la galería por ahumado de cuando se refugiaban pastores.

La datación es difícil, ya que no se puede asociar la cronología del yacimiento a la de las pinturas. El carácter sagrado, mítico o legendario de las representaciones podría ser el que atrajo a los enterramientos del Bronce Final, o por el contrario las pinturas podrían servir para señalizar el lugar como una marca de clan, formando parte del ritual de enterramiento. Por el estilo de las representaciones esquemáticas hay un acuerdo común en fecharlas dentro del mundo Eneolítico y del Bronce, pero no es una datación del todo segura.

La excavación de la cavidad está registrada en 1958. Se encontraron 23 piezas de sílex, un hacha pulida de basalto de 12 cm de largo, una hoja de cuchillo, fragmentos de cerámica bruñida del Bronce Final y fragmentos de cráneos calcinados.