LUGARES ARQUEOLÓGICOS EN ESPAÑA

CUEVA DE OJO GUAREÑA

Impresionante macizo de rocas calizas que los ríos Guareña y Trema se han encargado de horadar introduciéndose en su interior y originando el complejo kárstico de Ojo Guareña, se alza en la vertiente meridional de la Cordillera Cantábrica, al norte de la provincia de Burgos, formando parte de la Merindad de Sotoscueva.

El Monumento Natural de Ojo Guareña está constituido por una compleja red de galerías conectadas algunas de ellas entre sí, formando un entramado de 110 kilómetros que se extienden en varios niveles. Es el conjunto de cuevas más extenso de la Península Ibérica y puede incluirse entre los diez mayores del mundo. En el interior existen multitud de yacimientos arqueológicos de gran importancia que van desde el Paleolítico hasta la Edad Media. Se han encontrado pinturas, grabados y huellas del Paleolítico Superior, del Neolítico, de la Edad de Hierro, así como cerámicas de la época romana y restos de hábitat de la Edad Media.

Uno de los hallazgos más importantes, además de único en España y Europa, lo constituyen las huellas de pies descalzos en la Sala de las Huellas, en un espacio de unos 400 metros se encuentran huellas en ambos sentidos. Los valores religiosos también están presentes en Ojo Guareña, de ello es testimonio la cueva ermita de San Bernabé. El nombre de la merindad de la que forma parte también parece girar en torno a las cuevas "Sotoscueva".

Para entender y poder disfrutar más y, si puede ser, mejor de lo que el complejo de Ojo Guareña ofrece es una buena opción acercarse a la Casa del Parque, situada en Quintanilla del Rebollar ocupando el edificio de las antiguas escuelas Después en la cueva de San Bernabé, antes conocida como Río Escondido, que es una de las catorce cuevas que componen el entramado de 110 kilómetros, y que en ella se encuentra la ermita semi rupestre de San Tirso y San Bernabé, se puede admirar una actividad artística popular.

La visita, guiada, comienza por la cueva en la que se comienza a comprender la grandeza del espacio natural en el que nos movemos. Unas pequeñas pozas acumulan el agua, dicen que con poderes curativos. Unos enigmáticos hoyos que tienen forma de cono truncado ensanchándose hacia abajo, hablan de como en ellos se almacenaba el grano y diversos frutos, o sea actuaban a modo de silos y despensas. Al entrar en la ermita una grata sorpresa nos inunda de admiración. Sus pinturas murales, pintadas en la misma roca en el año 1.705, relatan en la parte central de la bóveda el martirio de San Tirso; y en la zona del bajo relieve de los muros son los milagros de San Bernabé y San Tirso los que están representados.

60 metros por debajo de la cueva se puede ver el causante del nombre del lugar, Ojo Guareña, es el sumidero-ojo por donde el río Guareña deja de correr por la superficie para sumergirse y fluir subterráneo continuando así con su trabajo milenario de excavación y formación de las cuevas de este fantástico karst del Monumento Natural, en el que el río Trema también ha tenido algo que ver.