LUGARES ARQUEOLÓGICOS EN ESPAÑA

CUEVA DE MORÍN

La cueva de Morín (Villaescusa) fue descubierta en 1910. En el año 1969 se encontró una estructura de época aurinaciense (30.000 años de antigüedad aprox.) compuesta por un fondo de cabaña, señales de una posible empalizada, y cuatro sepulturas fuera de esta última. De todas ellas destacaba una por encima del resto, un hallazgo excepcional que sorprendería a la comunidad científica internacional: "El Hombre de Morín". Nos encontramos ante un cadáver cuyos tejidos y huesos, gracias al microclima de la cavidad, se habían convertido en una sustancia grasienta plástica (denominada adipociera) que al solidificarse formaron una especie de huella o molde del mismo. Su estado de conservación permitió comprobar que era un individuo de complexión fuerte y unos 1,85 metros, reclinado sobre el lado izquierdo, las manos a la altura de la cara y las piernas flexionadas. La cabeza y los pies habían sido cortados y colocados cerca de la fosa, en lo que parece ser una mutilación ritual. Del mismo modo, en el lugar de la cabeza apareció el "molde" de lo que parece un cervatillo y en los pies un animal mayor, posiblemente un bóvido. Se sabe además que fue depositado en un suelo excavado en forma de trinchera en una fosa de unos 210x 52 cm, tapado con tierra (espolvoreado además con ocre rojo) a modo de túmulo y sobre el cual se encendieron hogares en dos momentos diferenciados. Llama la atención la aparición de un pequeño pozo exterior de unos 17 cm de diámetro que comunicaba con el interior. Contenía pequeños fragmentos de huesos quemados. En el interior de la fosa, junto al cuerpo, aparecieron dos piezas líticas de borde cortante que los descubridores asociaron en un principio a un posible ajuar funerario. Para su conservación, se revistió la tumba de fibra de vidrio tanto por los laterales como por debajo de la misma, cortándose y enviándose en el año 1970 al National Museum of Natural History de Washington.