La cueva de Micolón se encuentra en la localidad cántabra de Celis, en el municipio de Rionansa, a escasos 200 metros de la cueva de Chufín. Sus dos entradas se hallan en la orilla del embalse de Palombera, muy cerca del nivel del mar. Cuenta con un acceso de unos 3 metros de ancho, orientado hacia el este. Sus galerías tienen un desarrollo de unos 500 metros lineales, es especialmente angosta, casi laberíntica. De la entrada parten dos galerías ascendentes, siguiendo la de la izquierda, a unos 12 metros, se encuentra la denominada "Galería de las Pinturas", con un diámetro de unos 2,5 metros y organizada en diferentes niveles y recovecos.
Es una cueva con malas condiciones de habitabilidad, no hay apenas vestigios de ocupación, únicamente un buril de sílex y algunos nódulos de este material que pudieron ser explotados durante la Prehistoria. Hay algunos nódulos de sílex en una de las paredes de la cueva. Por esa carencia de restos de ocupación, muchos investigadores creen que fue utilizada exclusivamente como «santuario» durante el período Solutrense (entre 20.000 y 17.000 años de antigüedad).
Posee 22 grabados incisos y varias pinturas rojas, que representan cuadrúpedos y signos, todo ello concentrado en una salita próxima a la boca. Los grabados conforman figuras de ciervas y algún cáprido, así como signos, entre los que son reseñables los triangulares interpretados como vulvas. Las pinturas rojas, más escasas, representan a dos osos (uno de ellos completo), dos caballos (representados por la cabeza y la línea cérvico-dorsal), y signos como puntos, manchas, y un tectiforme. Otras figuras menos definidas, como la cabeza de un posible bisonte, completan el conjunto, el cual cabe ser asignado al Estilo III de Leroi-Gourhan. |