LUGARES ARQUEOLÓGICOS EN ESPAÑA

CUEVA DE LA LLOSETA

La cueva de La Lloseta se ubica en el macizo de Ardines, pequeña elevación caliza situada en la desembocadura del río Sella. Forman parte del mismo macizo kárstico las cuevas de Tito Bustillo, La Cuevona y La Viesca, también conocida en Ribadesella como la cueva de El Tenis. La entrada de La Lloseta es un abrigo de buenas dimensiones, con una amplia boca orientada al sur, y una galería inferior de aproximadamente 300 m de longitud y sentido descendente. Al final de esta galería un estrecho pasadizo da paso a una sala terminal, donde un pozo conduce a una chimenea que en vertical, comunica con la cueva de Tito Bustillo.

La Lloseta es descubierta en 1913. Conocida entonces como cueva del Río o como cueva de Ardines. Se documentaron en estas excavaciones un total de 176 piezas líticas y 22 en hueso o asta. Entre la industria lítica aparecen varios núcleos, raspadores, buriles, hojas y raederas, en su mayor parte de cuarcita, aunque también hay algunas piezas de sílex. Entre el material óseo se encuentran agujas, azagayas (dos unibiselares y una de doble bisel), punzones, una varilla, una espátula, un cincel, huesos aguzados y cuernas trabajadas. Destacan también dos masas pétreas formadas por un conjunto de conchas de diversos moluscos costeros, huesos fragmentados de animales, cantos de cuarcita y fragmentos de sílex rotos intencionalmente. Uno de los bloques se correspondería con un nivel magdaleniense (con presencia de patellas y littorina de gran tamaño), y el otro con un nivel asturiense (con presencia de mejillón, ostra y erizo de mar)

Así, se han señalado manifestaciones rupestres en doce conjuntos repartidos por las dos paredes de la galería inferior, y en su sala terminal. También en la denominada galería cimera, pequeño nicho ubicado entre el nivel del abrigo y el de la galería inferior. En total se reconocen trece caballos, seis bisontes, tres uros, cuatro cabras, dos ciervas, un reno, un megaceros, un mamut y siete animales indeterminados. Respecto a los signos, se definen diferentes tipologías: numerosas puntuaciones y trazos digitales, líneas y bastoncillos, un signo vulvar, signos serpentiformes, signos complejos cerrados y varias formaciones geológicas decoradas. La cronología propuesta abarca una fase antigua presolutrense (estilo II), una fase intermedia que se asigna al Solutrense y al Magdaleniense inicial (estilo III), y una fase del Magdaleniense pleno, que se reduce a las figuras documentadas en el conjunto 4 (estilo IV).