Cueva de desarrollo horizontal abierta en la pared rocosa que delimita el flanco sur del Puntal, sobre el Barranc de Matamoros. La cavidad sólo es visible desde sus proximidades ya que se emplaza en un recodo del cingle. Toda la cueva y su entrada fue acondicionada en época histórica para su uso como refugio. Para acceder a su entrada se construyó una escalera de piedra seca, que arranca del interior de un corral construido en Ia base de la pared y conduce a la entrada después de salvar un desnivel de varios metros.
Hoy sólo se conserva una barra de disposición horizontal y recorrido sinuoso de Ia que surgen de sus extremos dos barras verticales ligeramente curvas. En la parte central de la barra horizontal se observa una superficie picada mucho más ancha y también de disposición vertical. Sólo Ia combinación de un trazo horizontal del que parten dos trazos cortos verticales puede sugerir el que se trate de un zoomorfo. No obstante cabe otra interpretación: la forma sinuosa de la línea superior y el engrosamiento central sugiere la forma de la cabeza de un bovino con los cuernos hacia abajo, por lo que podría ser la representación de un bucráneo, en cuyo caso tendría una cronología protohistórica.
En la misma entrada, a la izquierda de la cavidad, se aprecian restos de pintura de color anaranjado y aspecto diluido. Uno de los mismos se corresponde con una barra. Ya en el interior de Ia cueva, antes de penetrar en el último camarín, a la derecha y a una altura considerable, se observa una mancha circular de color rojizo, textura diluida y bordes irregulares. |