La Cueva de Chaves fue un yacimiento neolítico situado en las proximidades de la localidad de Bastarás, municipio de Casbas de Huesca, provincia de Huesca. El yacimiento, considerado de los más importantes de España para la época junto al de la Cueva de l′Or de Alicante, fue destruido de manera ilegal en 2.007 mediante unas obras que convirtieron la cueva en un abrevadero.
Se trata de una cueva de 60 m. de ancho por 220 m. de longitud y una superficie aproximada de 3.300 m². En sus abrigos Chaves I, Chaves II y Chaves III (también denominados Solencio 1, 2 y 3) se encuentran pinturas rupestres esquemáticas que representan antropomorfos, barras, signos y digitaciones.
Dicho yacimiento fue descubierto en la década de 1.970. La cueva se hallaba dentro de una finca privada empleada como coto de caza. Hasta el año 2.007 la intervención arqueológica se había desarrollado fundamentalmente en una zona de 110 m², concretamente en una zona rectangular excavada donde eran claramente visibles los signos de intervención arqueológica. La existencia de losas de gran tonelaje en la cueva y el peligro que estas entrañaban habían impedido avanzar la investigación arqueológica en otras zonas de la cueva y las investigaciones tenían lugar anualmente en campañas de verano, a iniciativa de los arqueólogos. Aunque la Cueva de Chaves no había sido declarada de forma expresa como bien de interés cultural, se encontraba dentro del entorno de protección de las Cuevas de Solencio I, II y III, con manifestaciones de pintura rupestre y declaradas como Bien de Interés Cultural conforme lo establecido en la Orden de 6 de octubre de 2003. Asimismo, la finca de Bastarás se encuentra incluida dentro del Parque Natural de la Sierra y Cañones de Guara y su zona periférica de protección, que a su vez son parte de la Red Natura 2000.
En octubre de 2.007 el empresario de origen leonés Victorino Alonso García, al mando de la explotación de la finca donde se encontraba la cueva, contrató la realización de unas obras en la cueva consistentes en el vaciado de sus losas y sedimentos, con el fin de nivelar el suelo de la cueva y colocar comederos y abrevaderos para la cría de cabras, así como de utilizar el material extraído para la construcción de un dique de contención de aguas cercano a la cueva. Dicha obra fue realizada sin comunicación ni autorización previa por parte del gobierno aragonés. Para la obra se empleó una retroexcavadora de gran tonelaje y se calcula que se extrajeron unos 2.247 m³ de sedimentos, equivalentes a entre 3 y 4 metros de altura, depositándose estos en un barranco del entorno.
Por estos hechos, Victorino Alonso García fue condenado en noviembre de 2.016 como autor de un delito sobre el patrimonio histórico a dos años y seis meses de cárcel y a abonar 25.490.805 Є en concepto de indemnización al Gobierno de Aragón, debiendo Fimbas S. A. responder subsidiariamente de esta cantidad. Tras el recurso de la defensa, la Audiencia de Huesca falló en enero de 2.018 reduciendo la condena de cárcel en seis meses por dilaciones indebidas en el proceso. |