Esta cueva artificial calcolítica se encuentra a las afueras de Gilena, en mitad de un campo de olivos y destaca por ser uno de los escasos y mejores ejemplo de arquitectura funeraria de la época del Cobre, ya que en esa época lo habitual era el uso de los dólmenes. Hace 4.500 años se utilizaba esta técnica consistente en excavar y tallar el subsuelo para crear estas cuevas con fines sepulcrales. Los enterramientos consistían en depositar los cuerpos inhumados en los diferentes nichos de la cueva en posición fetal con su ajuar. Para aprovechar el espacio, se recogían los huesos de los antiguos inhumados y se depositaban en las paredes de la cueva.
Descubierta casualmente en 1985, esta "cueva artificial" se conforma por una cámara central abovedada, cuatro nichos abiertos a esta cámara y un corredor escalonado de entrada. Se trata de una estructura excavada y tallada en el subsuelo con fines sepulcrales. Junto a la Cueva recuperada, se encontraban otras dos cuevas, en peor estado.
La presencia en el yacimiento de materiales desvinculados al medio local como marfil, metales o conchas marinas, nos previene de una población con una economía compleja, ligada posiblemente a la utilización de los recursos líticos o canteras con fines no solamente domésticos, sino comerciales.Este ajuar tiene una extraordinaria riqueza, y está formado por objetos de la vida cotidiana: vasos cerámicos, cuchillos, punzones realizados en piedra (sílex), hueso o metal, armas de piedra o metal (puntas de flecha y hachas), adornos personales, piezas con un significado religioso como son ídolos realizados en huesos de animales y por último varias piezas, entre ellas un adorno en forma de bellota, realizadas en marfil. |