LUGARES ARQUEOLÓGICOS EN ESPAÑA

CUEVA DEL AGUA

El parque natural de la Sierra del Montgó es también un verdadero parque arqueológico por los yacimientos arqueológicos que guarda y la importancia de los mismos. La Cueva del Agua, también denominada Cova de l´Aigua, en valenciano se encuentra en los rocosos paredones de la vertiente norte de la sierra del Montgó. A pesar de la apariencia casi inaccesible de la cavidad, no es difícil llegar a ella.

Hay dos características que hacen muy interesante a este yacimiento arqueológico. La más importante es la inscripción romana que se encuentra cerca de la entrada de la cueva. La inscripción está protegida por un enrejado que permite que no se produzcan pintadas o agresiones a este hito patrimonial. La inscripción romana ocupa 54 x 72 cm. de pared rocosa y fue realizada en el año 238 d.C., en tiempos del emperador Maximino el Tracio (235-238 d.C.). Fue realizada por un legionario romano llamado Lucio Alfio Donato. El texto de la inscripción es el siguiente: Caio Iulio Urbano, veterano, jefe del destacamento de la Legión VII Gemina Pía Félix Maximiana, enviado con los suyos por el gobernador (de la Tarraconense) Decio Valeriano. Lucio Alfio Donato se ocupó de que fuera hecho (este epígrafe). Caio Iulio pudo ser el jefe del destacamento que se encargaba de controlar esta parte de la costa alicantina, incluyendo el suministro de agua que facilitaba la cueva. De hecho, el nombre de Cova de l′Aigua se debe a la surgencia de agua que la cavidad tiene en su interior.

La segunda característica que hay que destacar es que, con anterioridad a la llegada de los romanos, la Cueva del Agua fue una cueva-santuario ibérica tal como acreditan algunas de las cerámicas que aquí se encontraron. Ya hemos visto en otras cuevas santuario de la provincia de Alicante como el agua tuvo un papel fundamental en la religiosidad de los íberos (Cueva de les Dones, Cova Pinta). Así debió de ser también en la Cova de l´Aigua.

Consta de dos cavidades. La entrada a la inferior se encuentra justo al lado de la inscripción romana. La cavidad principal es la superior, si bien se encuentra más modificada por la mano del hombre. Así, podemos ver los restos de un antiguo aljibe (siglo XVII-XVIII). En época islámica y más recientemente se siguió aprovechando el agua de la cueva. Hoy el aljibe está en desuso y sus paredes afeadas con inscripciones y pintadas modernas.

Si accedemos a lo más profundo de la cavidad todavía podremos ver el nacedero de agua. El agua cristalina de este depósito natural seguro que era vista con otros ojos por el sacerdote o la sacerdotisa íbera que oficiaba los rituales sagrados en la cueva. Al fin y al cabo este agua nace del interior de la montaña, de la Madre Tierra. La cueva, simboliza el útero femenino, y el agua es la fuente de la vida. Es muy probable que en la Cueva del Agua se realizaran rituales de fecundidad.

¿Hasta cuándo la Cueva del Agua fue un lugar sagrado? No lo sabremos nunca. Pero lo cierto es que hasta hoy ha seguido siendo un lugar de atracción para el ser humano. Hace siglos fueron los íberos y los romanos los que acudían a este recóndito lugar, hoy son los senderistas, los turistas y los amantes de la historia.