LUGARES ARQUEOLÓGICOS EN ESPAÑA

CORRAL DE SAUS

La necrópolis ibérica del Corral de Saus (siglos V-III a.C.) se localizada en Mogente (Provincia de Valencia), en la partida de Garamoixent, en la finca del Corral de Saus. Fue descubierta en 1971.

La necrópolis se sitúa al pie del monte Castellet de Baix en el que se asentó el poblado ibérico de la Bastida de les Alcusses, aquél en el que apareció la famosa figura de bronce conocida como El guerro de Mogente, una especie de exvoto que representa a un guerrero íbero montado a caballo. El poblado está actualmente destruido en su totalidad.

Entre los descubrimientos más destacados se encuentran los de varias tumbas en que se reutilizaron restos escultóricos como material de construcción, como los restos de "Las Damitas", y de "La sirena". Se han identificado numerosos fragmentos que incluyen un busto con ojos almendrados y sonrisa arcaica, y que podría corresponder al busto de la sirena, y un bloque con bajorrelieve de un jinete. También se han hallado amplias zonas con empedrado de guijarros, sillares, bloques con restos de decoración, y tumbas protegidas por pequeñas piedras. Entre la cerámica destacan fragmentos y piezas con decoración geométrica y floral, zoomorfa con aves, peces, esfinges humanas.

Los hallazgos parecen indicar una fase final de la necrópolis correspondiente al siglo III a.C. en que se reutilizaron materiales arquitectónicos y escultóricos de época anterior. Los materiales arquitectónicos y escultóricos reutilizados procederían probablemente de un monumento tipo pilar-estela, que incluiría las damitas en cuyo remate se colocaría la figura de la sirena, posiblemente un túmulo principesco del siglo VI o V a.C.

Esta necrópolis es básica para el conocimiento del período orientalizante o arcaico de la Cultura Ibérica. Con los restos encontrados se demuestra que a principios del Siglo IV a. C. todo el mundo representado por los animales fantásticos y exóticos extraños al propio mundo indígena, se vino abajo, y cómo en las tumbas cuadrangulares, con gradas o sin ellas, se emplea trozos de sus monumentos previamente desmontados, escuadrados, corazados y cercenados o mutilados en su caso. Se trata, pues, de una necrópolis única y singular. El monumento de estructura funeraria que podemos hallar en el Corral de Saus es el conocido por el de tipo pilar-estela, cuya principal característica es la de estar compuesto por un basamento escalonado, pilar, capitel y un remate escultórico zoomorfo (toros, leones, ciervas, esfinges y sirenas). Del análisis de los restos arquitectónicos y escultóricos procedentes de los pilares-estela, destaca el capitel de gola decorada con las "damitas", con granadas y adormideras características de la cultura ibérica y la iconografía mediterránea. [...] El rito funerario de los íberos era el de la incineración o cremación del fallecido junto con sus pertenencias sobre una pira de troncos, en un lugar destinado a este fin. Posteriormente se recogían las cenizas y se introducían en una cerámica, la cual, a su vez, se enterraba en un hoyo. Alrededor acompañaban al difunto diversos enseres para su viaje al más allá (vasijas cerámicas de distintos tipos, armas, adornos personales, alimentos, etc.). Todo este conjunto de urna y ajuar era cubierto de distintas maneras, según su categoría social un simple túmulo de tierra, un encachado de piedras, una estructura piramidal rematada con alguna escultura), y de todos estos tipos hallamos ejemplos en el Corral de Saus.