El Cau de las Guilles o de Guineu es un conjunto de abrigos abiertos en la vertiente del valle de la casa Quemada donde se documenta la presencia de vida humana más antigua del municipio de Rosas. La cavidad más grande y la más estudiada abre hacia el sureste, se encuentra protegida de la tramontana, y por tanto, se convirtió en un buen refugio temporal para estos primeros pobladores cazadores-recolectores.

Las excavaciones arqueológicas llevadas a cabo en el interior de la cavidad han permitido recuperar materiales prehistóricos como herramientas de sílex, buriles, láminas de dorso y rascadores. Pero también se han documentado materiales más recientes que denotan un uso intermitente pero muy extendido en el tiempo de este lugar. Sin embargo, la tipología y la cantidad de los restos encontrados muestra que fue frecuentado sobre todo durante el final del paleolítico, concretamente por la cultura magdaleniense que se sitúa entre el 10.000 y el 9.000 a.C.

El hallazgo de materiales protohistóricos dentro del abrigo demuestra que este fue frecuentado por los diferentes pobladores del entorno hasta final de la Edad del Bronce (900 a.C.). Los materiales que se han encontrado, también en cavidades vecinas, son sobre todo fragmentos de urna cineraria que nos mostraría el aprovechamiento de estos espacios como lugar de enterramiento.