LUGARES ARQUEOLÓGICOS EN ESPAÑA

CASTRO DE VIGO

El castro de Vigo es un poblado castreño situado en una pendiente del Monte del Castro de Vigo, en Galicia. Los restos excavados pertenecen a una pequeña parte del poblado que se extendería por las caras del monte, habitado entre el siglo II a.C. y el siglo III d.C. Fue abandonado pacificamente, probablemente por el traslado de sus habitantes a la zona del Areal, más próxima al mar. En este yacimiento arqueológico nació Vigo, y desde este hermoso monte la ciudad creció, serpenteando entre las cuestas, hasta convertirse en la urbe que es hoy.

El Castro es un yacimiento arqueológico de 1.800 m² que incluye la reconstrucción de 3 edificaciones castreñas de uno de los poblados más extensos y evolucionados de Galicia: estas son una vivienda circular con vestíbulo anexo, un almacén y una vivienda cuadrangular posterior a la conquista romana. Esta pequeña parte del oppidum de Vigo nos enseña cómo vivían los habitantes de los castros hace 2.000 años.

Los grovii o los helleni, puede que cualquiera de estos dos pueblos fueran realmente los antiguos pobladores de Vigo. El nombre que otorgaron los romanos a la villa fue el de Vicus Spacorum, traducido como Villa de los Espacos, aunque desgraciadamente no sabemos nada de quienes pudieron ser estos. Hay quién los atribuye a pequeños asentamientos fenicios o de medos que se distribuían por la costa. Lo cierto, es que miles de años antes de que llegaran los romanos, la comarca, ya había sido colonizada por diferentes pueblos y diversas culturas.

El poblado experimentó su apogeo durante los tres siglos antes de Cristo y se mantuvo hasta bien entrado en siglo III d.C. De esta manera, convivió en épocas del Imperio Romano lo que conllevó una romanización del poblado, como lo demuestran los restos de las casas cuadrangulares. Anteriormente los "arquitectos" de los castros despreciaban dichas formas por motivos espirituales y religiosos. Una de las cosas que nos llamará la atención, es la existencia de diversos canales y pequeños pozos de agua, que nos dan idea de una posible actividad manufacturera, como podrían ser curtidos de pieles, minerales, salazones… Pasado el siglo III d.C., la población fue creciendo ladera abajo y la villa se fue extendiendo, en dirección al mar.