LUGARES ARQUEOLÓGICOS EN ESPAÑA

CASTRO DE SAN CHUÍS

El castro de San Chuís se localiza en las inmediaciones surorientales de la localidad de San Martín de Beduledo en Asturias. En concreto, el asentamiento se instala en uno de los altos (el más elevado del entorno, con una altitud máxima de 783 m) que salpican la línea de cumbres aplanadas que conforman el cordal que separa los valles de los ríos Prada (al Norte) y Abaniecha (al Sur), tributarios ambos del Nisón.

La secuencia de ocupación del castro de San Chuis se inicia en el siglo VIII a.C., momento en el que se construye una primera muralla de paño continuo a la que se superpuso otra de estructura modular durante la segunda Edad del Hierro. Reforzaban su condición defensiva varias líneas de fosos dispuestas sobre su flanco meridional.

La presencia romana se manifiesta desde mediados del siglo I a.C. en un contexto marcado por la intensa actividad minera desarrollada en los abundantes depósitos auríferos del entorno. La ocupación tardía está hoy descartada al fundamentarse en una errónea identificación de cerámicas que, en realidad, son producciones regionales de época altoimperial.

El recinto fortificado presenta una planta aproximadamente triangular y se encuentra delimitado por un sistema defensivo compuesto de diversos fosos y una muralla modular, que bordea todo el perímetro. La presencia de los fosos se limita a los flancos más vulnerables, no detectándose su presencia en los restantes. Así, al Oeste, una gran trinchera adelantada protege la faja de terreno que queda entre ella y la muralla, a modo de antecastro. Hacia el Suroeste se multiplican las líneas defensivas hasta alcanzarse la cifra de seis fosos, con sus respectivos contrafosos. Las vertientes oriental y septentrional carecen de defensas reconocibles más allá del cinturón murado. Se han identificado en el flanco oriental los restos de lo que ha sido interpretado como puerta de acceso.

En el transcurso de las diversas intervenciones realizadas han sido exhumadas en el interior del recinto, ya sea de modo parcial o completo, una veintena larga de construcciones, aunque su coetaneidad no parece probable y la integración de varias estancias en una única entidad edilicia, sobre todo en el barrio alto, altamente plausible.

En el barrio alto de la zona Noreste se han identificado un total de quince construcciones que presentan mayoritariamente plantas sencillas circulares u oblongas de fisonomía habitual en el mundo castreño prerromano. Únicamente dos edificios rompen esta norma y muestran plantas cuadrangulares, en un caso compartimentada en sendas estancias, como suele ser frecuente en el mundo castreño romano. Se da la circunstancia que esta construcción se yuxtapone a una de las cabañas de planta circular referidas.

En el barrio alto se observan, al menos, otras ocho construcciones, si bien alguna de ellas parecen integrarse en una o varias unidades de habitación de planta compleja y clara vinculación a los horizontes de ocupación altoimperiales. Junto a estas estancias de esquinas cuadrangulares nos encontramos con otros edificios de planta circular en algún caso claramente amortizados por el complejo doméstico romano.