LUGARES ARQUEOLÓGICOS EN ESPAÑA

CASTRO AS MURADELLAS

El castro de As Muradellas es un despoblado de la Edad de Hierro situado a unos 2500 m. al SO de Lubián, en un promontorio rocoso que se alza sobre la margen del río Tuela.

El castro de As Muradellas, al igual al igual que otros en la II Edad del Hierro, se construyó con un notable sistema defensivo. Los habitantes de este asentamiento eligieron este paraje por su fácil defensa natural, proporcionado por el meandro originado por el río Tuela y la geografía escarpada de esta zona.

Por el lado este, único que permitía un fácil acceso, el primer sistema defensivo es un campo de piedras hincadas. Se trata de una franja de grandes rocas con aristas, colocadas de forma desordenada y sobresaliendo entre 60 y 90 cm por encima del suelo. Su finalidad es la de ralentizar el movimiento de entrada de la caballería o de animales salvajes, haciéndolos de esta forma más vulnerables.

Pocos metros más adelante se encuentras dos fosos paralelos de pequeña anchura, de aproximadamente 2 y 3 metros. Con posterioridad, y junto a ellos, se alza la muralla exterior de grandes bloques graníticos, cuyos paramentos todavía subsisten parcialmente, y que da paso al primero de los recintos.

Atravesada la muralla exterior, se presenta el primer recinto. Dentro del mismo, y a una distancia de 60 m, vuelve a repetirse el sistema defensivo, aunque esta vez se detectan varias diferencias. Una de ellas, consiste en que en este recinto se sitúan antes los fosos que el campo de piedras hincadas. Otra diferencia consiste en que los fosos de este recinto son de una mayor anchura, de 14 y 13 metros respectivamente.

Finalmente, otra muralla protege un segundo recinto interno. Este presenta una forma más o menos circular y de unos 25 m de diámetro. En él se encuentra la zona destinada a vivienda.

Las excavaciones realizadas sacaron a la luz dos viviendas de planta rectangular con las esquinas redondeadas y sin interrupción para la puerta. Una de ellas muestra unas dimensiones de 6 m de largo por 4,5 de ancho. Los restos exhumados plantean la posibilidad de una ocupación calcolítica, correspondiendo el grueso del material a un momento avanzado de la Edad del Hierro.

En la cima de la primera línea de murallas se ven agujeros, probablemente realizados por excavadores clandestinos En la prospección de la zona llevada a cabo a principios de los años 90 únicamente se vieron unos pocos fragmentos de cerámica muy rodada. Llama la atención la escasez de material metálico encontrado: un par de chapitas de hierro forjado y un clavillo de bronce. También resulta sorprendente la ausencia de restos óseos. En cuanto al material lítico se han recuperado algunas "piedras de honda", pizarritas perforadas y varios molinos barquiformes de granito. Más vistosas resultan las cuentas de collar, realizadas en pasta de color amarillo. El material cerámico muestra gran variedad en los recipientes conocidos: cuencos, fuentes, platos o tapaderas y ollas. Los bordes parecen corresponder tanto a vasos de posible cuello cilíndrico como a otros prácticamente sin cuello y con el borde simplemente doblado. Abundan los bordes con el labio biselado, pero también los hay de labio apuntado. Los fondos son variados, pero todos los que conocemos son planos, predominando los ligeramente realzados. La mayoría de los fragmentos cerámicos carecen de decoración, estando sólo tres de ellos decorados: dos de ellos muestran estampillas de círculos concéntricos, que en un caso se combinan con líneas incisas.

En virtud de las prospecciones realizadas y de los materiales recuperados, se suele señalar que se trata de un asentamiento que estuvo ocupado entre el siglo IV y II a.C.

Sus pobladores pudieron ser astures, siendo la ganadería su principal medio de vida. Se considera que el medio físico y climático en que el que vivieron, pudo ser muy similar al actual, aunque con temperaturas algo más bajas y un régimen pluviométrico más abundante.