LUGARES ARQUEOLÓGICOS EN ESPAÑA

CASTRO DE LA MESA DE MIRANDA

El Castro de la Mesa de Miranda se encuentra en el municipio de Chamartín, a 22 kilómetros al oeste de la ciudad de Ávila. El nombre que recibió proviene del tipo de orografía plana sobre la que se asienta el castro (Mesa) y por su proximidad a la finca de Casas de Miranda.

Se fecha en la Segunda Edad del Hierro (a partir del 500 a.C.) y estuvo en uso hasta bien avanzado el s. III a.C., abandonándose con la conquista romana del territorio, bien hacia 133 a.C. o, más probablemente, al final de las guerras civiles, cuando se lleva a cabo la estructuración de Hispania por Augusto, como parte del Imperio romano. El emplazamiento coincide con un lugar de gran importancia estratégica, con tres lados delimitados por valles estrechos y profundos.

Tiene una superficie total de 29 Ha repartidas en tres recintos defensivos con cerca de 3 Km. de longitud. A partir de la factura de las murallas que componen los tres recintos, se deduce que no fueron contemporáneos. El sistema defensivo fue perfectamente estudiado para que no hubiera puntos vulnerables, a la vez que fue adaptado a la morfología favorable del terreno.

El I Recinto es el más antiguo y el más grande (11,5 Ha), donde previsiblemente vivió el grueso de la población. Estaba todo amurallado. La adaptación de la muralla a la topografía abrupta del sitio es un claro exponente del estereotipo de un Castro vetón. En la parte Sur, donde la muralla alcanza los 5 m de ancho, tiene dos puertas flanqueadas por torres circulares y defendidas por campos de piedras hincadas y un foso, colmatado por el derrumbe de la muralla. Una de las puertas fue cegada de antiguo, se supone que para evitar puntos vulnerables. La muralla en este punto se compone de muralla y antemuralla (doble paramento), como un sistema defensivo más.

El II Recinto fue añadido por el sur al primero. Seguramente tuvo un cometido más variado que el anterior, dedicándose, además de a vivienda, a albergar zonas de producción y almacenamiento, así como recoger los ganados en caso de necesidad, se puede considerar uno de los primeros polígonos industriales de Europa ya que todos los talleres de artesanía se trasladaron a este Recinto. Destaca una gran torre circular que defiende la zona Sur, donde hay instalado un mirador actualmente.

El III Recinto pudo construirse durante las guerras celtibéricas (155-133 a.C.) o en las guerras civiles (siglo I a.C.). Supone un complemento defensivo por el Este de los recintos primero y segundo. Construido con piedras de gran tamaño supone una diferencia muy clara respecto a los otros dos, sobre todo el primero. Prueba clara de su posterioridad es que invadió parte de la Necrópolis.

El acceso a los recintos se efectúa a través de puertas monumentales, la del tercer recinto flanqueada por dos torres y un lienzo exterior, mientras que la del primer recinto es en embudo. En el interior se han localizado numerosas esculturas, entre ellas un verraco en piedra en el segundo recinto empleado seguramente para encerrar al ganado.

En el exterior del recinto se localizó una necrópolis documentándose en las campañas de excavación de los años 30 del s. XX unas 2.300 tumbas, algunas acompañadas con piezas de ajuar como fíbulas, puntas de flecha, jabalinas o puñales. Además de vasos cerámicos, algunas con urnas que contienen las cenizas de los difuntos.