LUGARES ARQUEOLÓGICOS EN ESPAÑA

CASTRO DE LAS COGOTAS

Las Cogotas es un poblado amurallado de la Edad del Hierro que se encuentra a unos 6 km al suroeste de la localidad de Cardeñosa, junto al río Adaja, en el extremo de la estribación más oriental de la sierra de Ávila y con una cota máxima de 1.156 m. Ocupa una pequeña elevación natural del terreno, con dos llamativos berrocales de granito redondeados (cogotas en jerga local), a los que debe el nombre. El poblado consta de dos recintos fortificados, uno alto o acrópolis y otro bajo considerado como encerradero de ganados, con tres entradas en cada uno de ellos, más compleja y elaborada la principal del recinto superior. Los ejes máximos del poblado son de unos 455 m por algo más de 310 m, lo que da una superficie intramuros cercana a las 14,5 ha. Aunque el poblado fortificado pertenece a la Edad del Hierro, algunos materiales de la acrópolis indican una ocupación previa a finales de la Edad del Bronce.

Es quizás el más emblemático de los castros vettones, pues por sí solo ha definido durante mucho tiempo lo que fue la Edad del Hierro en la Meseta occidental española. Y el más conocido de antiguo, pues ya se habla de él en 1.876, cuando se hallaron objetos antiguos y cimientos de piedra en el sitio conocido entonces como "Las Cogoteras". Poco después se descubre el famoso verraco o jabalí de piedra hallado a la entrada del poblado (hoy en la plaza Calvo Sotelo de Ávila), trozos de otras esculturas de granito que parecían toros así como diversos objetos de piedra, metal, barro, hueso, monedas e inscripciones.

Entre 1927 y 1929 se realizan las primeras excavaciones sistemáticas en el castro, y en 1930 – 1931, se excavó la necrópolis, en la que se hallaron 1469 tumbas de incineración. Su ocupación se fecha entre 1.200 a.C. y el siglo I a.C. A finales de los años 1980 el castro ha sido objeto de nuevas excavaciones al construirse un embalse que afectaba a parte del yacimiento. La importancia del sitio radica en que ha servido para definir dos importantes grupos arqueológicos de la Prehistoria reciente del centro de España. Por un lado la fase del Bronce Final (1.200 – 850 a.C.), que ha servido para la denominación de esta etapa en la Meseta como grupo Cogotas I, y por otro lado la ocupación de la Segunda Edad del Hierro (450 – 50 a.C.) —falta el periodo del Hierro I— que ha dado nombre a una cultura, Cogotas II, que se extiende por el Sur del centro de la cuenca del Duero.

El sistema defensivo del asentamiento cuenta como primera línea hileras de piedras de granito, formación que se conoce como "piedras hincadas". Las líneas de piedras hincadas solían situarse rodeando las murallas del poblado y tenían como función desgastar los asaltos de la infantería enemiga, más que los de la caballería como se ha creído comúnmente hasta hace bien poco. Estos campos de piedras hincadas llegan hasta la misma base del muro, sin dejar espacios libres y proliferan sobre todo en la línea amurallada septentrional.

Un potente sistema de murallas y baluartes rodea el primer recinto, el segundo recinto y se adivinan los vestigios de una separación entre el primero y el segundo recintos. El primer recinto comprende la parte superior del cerro, lo que se conoce como acrópolis, que incluye los dos berrocales. El segundo recinto, el "encerradero de ganado", se prolonga hacia el sur, en busca del actual embalse de Las Cogotas, cuya construcción ha inundado parte de la superficie del asentamiento.

La técnica constructiva de las murallas semeja la de otros castros cercanos, como el de Ulaca, pues se compone de una doble hilera de piedras de granito, rellenadas por infinidad de piedras de tamaño más reducido, de guijarros, de forma que si caía la primera fila ante el empuje enemigo, aún quedase una segunda línea en pie. El espesor de esta estructura defensiva varía entre 2,5 m y 11 m. El trazado ondulado de la muralla se adecúa a la topografía del terreno, y se encuentra reforzado por la existencia de potentes baluartes.

Las murallas del recinto inferior son mucho más sencillas que las del superior, pues carecen de bastiones y del doble paramento. Es posible que el recinto superior, la acrópolis hiciese las veces de ciudadela principal ocupada por los habitantes principales del poblado y los guerreros y que el segundo recinto fuese el hogar de las familias de artesanos y campesinos.

La necrópolis de Las Cogotas está localizada a algunos cientos de metros al norte del poblado. Las tumbas halladas son de incineración en su totalidad, individuales y señaladas por estelas de granito de diferentes tamaños. Las sepulturas, de las cuales sólo vemos actualmente las estelas que indicaron en su momento la localización, suelen tratarse de urnas cinerarias sobre un hoyo de poca profundidad excavado a tal efecto. La urna está tapada por lajas planas de granito o por vasijas de cerámica.

Las sepulturas constan de la urna cineraria depositada en un hoyo, en el cual se colocaron piedras pequeñas para calzarla y cuya urna aparece tapada con una laja plana recubierta a su vez por otras piedras de menor tamaño, también nos encontramos con urnas que han sido tapadas con otras vasijas dadas la vuelta (platos, cuencos). Sobre estas se echaba tierra vegetal. Cuando las urnas van acompañadas de ajuar, se dan diferentes situaciones, si es ajuar de guerrero, las armas y demás objetos están colocados en torno o encima sin un sistema concreto. Los enseres pequeños, como fíbulas, bolas, fusayolas o pequeños vasitos, suelen acompañar a las cenizas en el interior de las urnas.

A partir de los datos que aporta la necrópolis, es posible inferir que el asentamiento de Las Cogotas estaría habitado por una comunidad de entre 200 y 300 personas, sobre una superficie de 15 ha, de la cual no toda su totalidad estaría habitada, pues, al igual que el encerradero de ganado, existirían otras áreas vacías que servirían para albergar a la población de los alrededores cuando surgiese algún peligro exterior o simplemente para la existencia en el interior del poblado de un mayor número de reses, dentro de un hábitat poblacional mayoritariamente ganadero.