LUGARES ARQUEOLÓGICOS EN ESPAÑA

CASTRO DE LA LOMA

El castro de la Loma es un yacimiento arqueológico situado en la localidad de Santibáñez de la Peña. Situado a unos 1.124 metros de altitud posee una extensión aproximada de unas 10,18 ha, superficie que denota su importancia como oppidum; de hecho, se cree que el castro de La Loma pudiese haber sido la capital del pueblo cántabro de los Camáricos. Además de las ruinas del oppidum cántabro, también se hallan los restos de varios campamentos romanos que llevaron a cabo su asedio.

El lugar estuvo habitado desde la Edad del Hierro por una comunidad que fortificó el castro que habitaba. Se han encontrado restos de grandes murallas formada por dos murallas superpuestas y sobre todo de un foso externo de grandes dimensiones (unos 4 m de profundidad), lo que hace pensar que se trata de un poblado de gran importancia. Posteriormente aparecieron en las cercanías los restos de varios campamentos romanos que rodeaban el castro, con sus correspondientes fortificaciones, donde se han encontrado sesenta puntas de flecha, proyectiles de catapulta, puntas de pilum, monedas de la época de Augusto e incluso clavijas de tiendas de campaña. Al oeste se encontró un pequeño castellum de forma ovalada y un sistema de trincheras que salían del recinto defensivo, descendiendo hacia el río para rodear el castro. Por las dimensiones de los campamentos, se calcula que el asedio pudo ser llevado a cabo por unos 5.000 legionarios.

Además de restos humanos, de incendios y de la destrucción provocada por los romanos en su conquista, se han encontrado cerámica celtibérica, múltiples objetos personales, cuchillos con mango de cuerno de ciervo, pendientes, agujas para el pelo, anillos y hoces. Pero lo que más ha llamado la atención de este yacimiento ha sido la gran cantidad de puntas de flecha encontradas en la Loma. Tras la destrucción del castro, no hay pruebas de que los romanos siguieran utilizando el lugar.

El geógrafo romano Ptolomeo ya ubicó en el siglo II d.C. la capital de este pueblo, Camárica, en la zona meridional de la antigua Cantabria. Este dato, junto con la aparición de varias inscripciones romanas en localidades palentinas relativamente cercanas referente a la ciudad de Camárica, y alimentado por la fuerte presencia militar y datos de asedio del castro, hacen pensar que La Loma pudiese ser la capital de este conocido populus cántabro. Independientemente de que fuese o no Camárica, de lo que no cabe la menor duda es de la importancia de este oppidum. Su punto más accesible se encuentra en el sector nordeste y norte, siendo el suroeste y sureste su sección mejor protegida por los accidentes geográficos, ya que se encuentra parcialmente acantilado hacia el estrechamiento de la Hoz donde se unen los ríos Valdivia y Las Heras y el arroyo de San Roman. Es en el primero de los sectores (nordeste/norte) donde se encuentra uno de los puntos más impresionantes de todo el yacimiento: el derrumbe la muralla. Por la cara externa de la misma alcanza más de doce metros de altura desde la cima hasta la base del terraplén, completándose la misma con un foso exterior en V de cuatro metros de anchura por otros tantos de altura tallados en el subsuelo rocoso. Hasta el momento, esta obra de gran envergadura no ha sido documentada en ningún otro castro del antiguo territorio cántabro. Ya no solo nos da a entender que el castro de la Loma fuese un gran poblamiento indígena, sobre todo por la gran cantidad de mano de obra necesaria para su construcción, sino que para arrasarlo completamente fuese necesario un contingente romano de enormes proporciones.