LUGARES ARQUEOLÓGICOS EN ESPAÑA

CASTRO DE EL CASTILLO

El Castillo es un castro de origen vetón situado en el municipio de Saldeana, en la provincia de Salamanca. Es uno de tres castros visitables en Salamanca, junto con el castro de las Merchanas, y el castro de Yecla de Yeltes, en el Oeste salmantino, dentro del parque natural de Arribes del Duero. Está situado en la margen derecha del río Huebra, en su confluencia con el Arroyo Grande, en un espigón natural levemente amesetado, y flanqueado al este, sur y oeste por unos importantes barrancos graníticos de corte vertical, de más de un centenar de metros.

Con una extensión cercana a las 4 hectáreas, son fácilmente apreciables sus defensas artificiales junto a las naturales. En primer lugar, al N del castro y antes de acceder a su recinto amurallado, cuenta con el campo de piedras hincadas de un ancho cercano al centenar de metros diseñado para impedir el avance tanto a pie como a caballo, algunas de gran altura. En segundo lugar, estaba protegido por la muralla perimetral de gran espesor y ataludada realizada en mampuesto irregular a hueso sin argamasa adaptada al terreno y sin ángulos y en algunos puntos de una altura considerable. En ella se abren dos puertas en embudo sitas al norte y este del recinto. El recinto amurallado defiende el castro por sus flancos septentrional y oriental, con una longitud de prácticamente los 200 m.

En el interior del castro se observan restos de varias edificaciones de planta rectangular, muy camuflados por la espesa vegetación.

Aparte se deben citar los elementos epigráficos documentados en este yacimiento, de los cuales muchos se encuentran empotrados en viviendas de la localidad de Saldeana. A este enclave se le ha atribuido una cronología del Hierro II y momentos Romanos, si bien es cierto que El Castillo ofrece pocas características que permitan afinar la adscripción cultural. Se han documentado innumerables restos de piedras escuadradas, que formaban parte de la muralla y de otras edificaciones del castro, en muchos casos descontextualizadas de su lugar de origen original. En cuanto a los restos cerámicos reconocidos en superficie son muy escasos, apareciendo todos ellos muy rodados, esto es debido en buena parte a la abundante vegetación que hay en la zona, que impide ver el suelo. Se han recuperado en total cuatro fragmentos cerámicos, uno de ellos facturado a mano y el resto a torno.

Entre las piezas recuperadas hay un único galbo facturado a mano, con restos de una posible impresión. Está realizado con pastas sedimentarias y abundantes desgrasantes. El resto de las piezas se han realizado a torno y en cocciones tanto oxidantes como reductoras. De ellas destaca un borde exvasado que formaría parte de una olla, mientras que el resto corresponden a galbos indefinidos.

La muralla de este castro, aún visible en muchos puntos, se ha venido degradando por el abandono y por el uso de su piedra para la construcción de chozos de pastor y de otras edificaciones.

Datado en la II Edad de Hierro en torno al s. V a.C. guarda muchas similitudes con otros cercanos de la provincia como por ejemplo entre otros el vecino de La Saldañuela El Puerto, o los de Las Merchanas, La Plaza, Lerilla o Irueña. Con estos últimos conserva su continuidad en época romana y visigoda.

El castro permaneció activo hasta época medieval, con intermitencias. Los romanos lo llamaron Saltus Dianae o «Santuario de Diana» y los cristianos "Castillo de Saldeana" .

Algunos datos tomados de las fichas de F. J. Ollero Cuesta.