LUGARES ARQUEOLÓGICOS EN ESPAÑA

CASTRO DE CASTROMAO

El Castro de Castromao está ubicado en el municipio de Celanova, al sureste de la provincia de Orense. Se supone que fue habitada por la gente de los coelernos. El yacimiento se sitúa en un monte sobre el lugar de Santa María de Castromao, con 732 metros de altitud, que se encuentra a unos dos kilómetros de la Villa de Celanova, es uno de los principales referentes de la cultura de los castras del Noroeste peninsular.

Data de la Edad de Hierro desde los siglos VI o V a.C. hasta el II d.C., mientras que las partes más bajas presentan una intensa romanización especialmente durante los siglos I y II d.C.

Se encuentra rodeado por una muralla con una longitud de 485 m. La zona amurallada alcanza una superficie de unos 20.000 m², con un eje de 150 metros norte-sur y 130 de este-oeste. El terreno tiene una fuerte irregularidad, excepto en su parte noroeste, donde es mucho menos pronunciado. Se han descubierto más de 70 estructuras ocupacionales, estructuras defensivas, tales como la muralla o muros de contención, e incluso parte de una calle enlosada.

Fue habitada durante la era celta, que data del siglo VI a.C. y permaneció poblada hasta el siglo III. A partir de este momento data el nombre de Castromao (castillo malo) por el lugar de Vilanova (que más tarde fue bautizado como Vilanova de los Infantes porque había sido lugar de residencia temporal de una infanta), debido, según fuentes medievales, a su mala ubicación para las tareas agrícolas.

Aparecieron cerámicas de todo tipo, desde fragmentos que datan desde el siglo VII hasta el siglo V a.C. Incluso tégulas y sigilatas, que hablan de una fuerte romanización. Se supone que la tribu no se opuso a la ocupación romana e incluso colaboró con ellos. También se han encontrado restos de un horno para cocinar cerámica, así como un vaso del primer siglo encontrado en una olla de barro. La pieza más singular de Castromao es la figura zoomorfa de un simio encogido que se sienta con los pies hacia adelante y las manos en la cara; Debajo de los pies, que parecen agarrar algo, hay un apéndice para colocar la escultura en una base. Cuenta con piezas tan singulares como el conocido, trisquel calado de Castromao, la tabula, la figura zoomorfa, o un tesorillo de monedas del siglo I.