LUGARES ARQUEOLÓGICOS EN ESPAÑA

CASTRO DE BORNEIRO

Nos encontramos ante uno de los castros más representativos de Galicia, debido a que su imagen ha sido muy utilizada en los libros de texto como ejemplo de poblado de la cultura establecida en Galicia en los siglos anteriores a Cristo, la castrexa. Es conocido como A Cidá (la ciudad), topónimo muy empleado en Galicia en lugares con restos similares.

Su datación figura entre los siglos IV a.C. y I d.C., por lo cual no llegó a ser romanizado, siendo uno de los pocos castros estudiados sin que influya la cultura del imperio.

El conjunto está rodeado por un foso y dos murallas defensivas, a excepción del lado este que se protege por la inclinación de la ladera de la montaña. En el antecastro, que es la parte del poblado que se encuentra fuera de las murallas, aparecen los restos de una vivienda ovalada, dos fuentes y un horno circular que debió estar cubierto por una bóveda. El poblado se abastecía de agua mediante el pequeño río que discurre a un lado de A Cidá, el Rego do Muíño. Llama la atención el gran tamaño de las viviendas de este castro, así como sus formas circulares de todas las casas, que demuestran la no romanización del lugar. Hasta 36 construcciones han visto la luz con las últimas excavaciones.

Son muchos los castros que hay en Galicia. Estos asentamientos están situados en zonas altas desde las cuales dominan todas sus tierras y, generalmente, cerca de los cauces de los ríos donde se surtían del agua necesaria. En este caso se ve bien reflejada esta situación: varias murallas circundan el castro para la defensa del mismo, encontrándose un riachuelo a escasos metros. Desde el castro, situado a una altura de 200 metros, se divisa toda la desembocadura del Anllóns y la Ría de Corme y Laxe.

La mayoría de las viviendas tienen forma circular, de unos 5 metros de diámetro, conservándose la parte baja de muchas. Además de estas viviendas, aparecen restos de otras zonas del pueblo donde se realizaban algunas de las tareas comunes de la población.

O Camiño dos Faros entra en el castro por abajo, por la entrada original y única que existía. Allí está la entrada principal o primer nivel de entrada, con escaleras laterales para subir a la muralla y sistema de cierre de la puerta.

En el barrio exterior o extramuros, hay un espacio de sauna con dos fuentes y un desagüe con enlosado de piedra, un horno circular para la fundición de metales, una losa de entrada a la sauna a modo de "pedra formosa" y una gran casa ovalada.

En el segundo nivel de entrada existen dos cuerpos de guardia. Nos desviamos a la izquierda y vemos dos casas cuadrangulares que pudieron ser obradoiros de herrero. En esta zona también se encuentran muros de contención de tierra, apareció un concheiro y hay un espacio que pudo ser utilizado como cuadra para los animales.

Sus habitantes eran agricultores (cereales, legumbres) y ganaderos (vacas, caballos, cerdos, ovejas), como lo demuestra el descubrimiento de varias piezas cerámicas y de bronce que utilizaban en su labor diaria. Debido a la cercanía del mar es muy probable también que realizasen actividades de pesca y marisqueo. Hombre y mujer se repartían las tareas y los bienes en una sociedad donde la edad era uno de los mayores rangos.