LUGARES ARQUEOLÓGICOS EN ESPAÑA

CASTRO DE LA CAMPA TORRES

El castro de Noega, conocido también por castro de la Campa Torres por su situación, es un asentamiento fortificado típico prerromano de origen astur, situado al oeste de la ciudad de Gijón, en Asturias, sobre el actual puerto de El Musel. Fue fundado por los cilúrnigos, una gens de los astures. Una vez conquistada la península por los romanos se convirtió en el oppidum de Noega.

En el yacimiento arqueológico se pueden diferenciar dos grandes áreas: el conjunto defensivo y la llanada interior o "campa". El conjunto defensivo del castro está compuesto por un foso en forma de "V" y excavado en la roca base, contrafoso o muralla inferior, antecastro y muralla. Todos estos elementos forman uno de los conjuntos de arquitectura más espectacular y absolutamente desconocida en fechas tan antiguas en la fachada atlántica peninsular, ya que su construcción puede datarse a mediados del siglo VII a.C. o inicios del siglo VI a.C.

Tal vez el rasgo más original, propio y particular de este complejo defensivo, es la compartimentación de lienzos de muralla en tramos yuxtapuestos o «módulos», que consiste en la realización de tramos oblongos e independientes que se solapan unos a otros conectándose, aunque sin entrelazarse entre sí. El método requiere unidades ceñidas por un paramento externo a lo largo de todo el contorno, de ángulos redondeados y un relleno de bloques de piedra de disposición irregular en su interior. Tanto en el intramuros de la muralla, como en el del contrafoso, se pueden observar varias cajas de escaleras para acceder a la parte superior de la estructura.

En la llanada interior o poblado se deben distinguir dos tipos de arquitectura doméstica: las cabañas astures y las viviendas romanas. Cronológicamente hay que precisar que las indígenas aparecen en el castro con su fundación y perduran en los primeros momentos de la romanización; el cambio de era es el punto de partida para las primeras construcciones romanas, que verán su decadencia en los finales del siglo III e inicios del IV.

Se han localizado cabañas astures en dos zonas del yacimiento, inmediatamente detrás de la muralla y en la campa propiamente dicha. Todas las casas astures estaban construidas con materiales de carácter perecedero (madera, barro, hierba, paja, etc.), presentan planta circular o semicircular, hogares decorados o no y suelos de arcilla compactada. Las viviendas son modestas, en ellas, sólo debían desarrollarse unas pocas actividades, como dormir, guarecerse de las inclemencias del tiempo y guardar sus enseres más preciados.

Las casas romanas son de planta cuadrangular; existen desde los modelos más sencillos de un cubiculum a las de varias habitaciones. Estaban construidas con piedra del lugar, utilizando barro como argamasa y en algunos casos trozos de tegulae y ladrillos. Los pavimentos los constituían arcillas y diminutos cantos rodados. Los tejados podían ser de dos o cuatro aguas y estaban construidos mediante estructura de madera a la que se fijaban las tejas (tegulae e imbrices)

Los primeros habitantes de Noega (astures) descubrieron la existencia de manantiales subterráneos y captaron sus aguas mediante la construcción de pozos y aljibes para abastecer al poblado. Los primeros pobladores de Noega se llamaron a sí mismos cilúrnigos, nombre de raíz céltica que posiblemente significa "los caldereros", y que tal vez hacía referencia a una de sus actividades más importantes: la fundición de metales.

En Noega se levantó un importante monumento al emperador Augusto conocido por Aras Sextianas. El nombre de Aras Sestianas quizás derive de L. Sestius Quirinalis, que pudo ser gobernador de la Hispania Citerior, a la que pertenecía Asturias, entre el 16 y el 14 a.C., e inspirador de la colocación del monumento al emperador en el lugar que se erigiría más tarde y cuyo significado es la rápida asociación de Noega con Roma.

Los romanos en Noega modificarán sustancialmente las formas tradicionales de vida, de manera que, a partir del siglo II se inicia un proceso lento e irreversible de abandono del poblado, en favor de una nueva ciudad surgida al abrigo del cerro de Santa Catalina, para desaparecer definitivamente alrededor del siglo IV. El importante Oppidum Noega de otro tiempo solo será recordado como un lugar de ruinas y no como el emplazamiento donde unas gentes iniciaron la génesis del actual Gijón.