LUGARES ARQUEOLÓGICOS EN ESPAÑA

CASTILLEJO DEL BONETE

Castillejo del Bonete es un yacimiento arqueológico de aproximadamente 500 m², emplazado en las estribaciones septentrionales de Sierra Morena, en lo alto de una ladera orientada al sur, que fue utilizado durante el Calcolítico y la Edad del Bronce. Localizado en Terrinches, en la provincia de Ciudad Real.

Presenta unas características que lo convierten en un yacimiento de gran interés para la ciencia arqueológica porque:
✱ Agrupa espacios y utensilios de la vida cotidiana.
✱ Cuenta con cinco inhumaciones de diversa tipología, varias de ellas con ajuar.
✱ Posee murallas defensivas.
✱ Guarda una cueva fortificada de notables dimensiones, sellada e intacta desde la Prehistoria.
✱ Ha proporcionado un conjunto excepcional de materiales, entre los cuales se incluyen puntas de flecha de sílex o metálicas, puñales de cobre, botones de marfil, punzones de hueso y metal, vasos cerámicos, elementos suntuarios, brazaletes de arquero, hachas, etc.

Castillejo del Bonete tiene varios túmulos conectados entre sí mediante corredores. Otros corredores tienen forma abocinada (de embudo) y están astronómicamente orientados al solsticio de invierno. Uno de los edificios, el Recinto 4, tiene su eje longitudinal orientado al orto del solsticio de verano. Todo el complejo monumental fue edificado sobre una cueva natural que consta de varias galerías. La cueva, que ha permanecido sellada desde la Prehistoria hasta 2003 (momento de su descubrimiento), está acondicionada mediante construcciones diversas. También cuenta con arte rupestre esquemático. Tanto su interior como los túmulos exteriores fueron empleados recurrentemente durante más de mil años para enterrar personas, depositar objetos y realizar ritos de comensalidad (con comida y bebida). La cueva es el elemento de mayor singularidad y fue fortificada durante la Edad del Bronce.

Se han registrado cinco inhumaciones, dispuestas en cuatro tumbas de diversa tipología. La de mayor interés es la Tumba 4, debido a tres factores: es una inhumación doble, los individuos fueron enterrados en ella con un interesante ajuar y los esqueletos se hallaron en relativo buen estado de conservación, aunque presionados por el derrumbe caído sobre ellos. La sepultura es un sencillo agujero excavado en el suelo, de planta ovalada, delimitado toscamente por mampostería irregular de caliza, de tamaño medio y sin desbastar. La cobertura de la tumba era de simple tierra, sin laja alguna de protección y que presentaba evidencias de haber realizado fuego en el lugar, sobre la tumba.

Este yacimiento, con un aspecto formal similar al de las motillas del Bronce de La Mancha y edificado, como éstas, sobre un acceso a niveles subterráneos, utiliza parte de su mismo lenguaje, al monumentalizar el paisaje de las primeras sociedades complejas al inicio de la jerarquización social en el suroeste del continente europeo. El recurso a los ancestros se utilizó para comunicar y legitimar el derecho al territorio y a sus recursos, así como para dotar de un carácter sagrado a este lugar. Una estela funeraria asociada a un enterramiento depositado del interior de la cueva procede del entorno de Vianos, a unos 50 km de distancia.