LUGARES ARQUEOLÓGICOS EN ESPAÑA

BASTIDA DE ALCUSSES

El poblado íbero de la Bastida de les Alcusses es un asentamiento que data de finales del siglo V a.C. al siglo IV a.C., situado en el extremo suroeste de la Sierra Grossa. Está situado en el término de Moixent (Mogente), en la cima de una colina, alargado y aislado, a 741 m sobre el nivel del mar. Ocupa una extensión de 650 m de longitud y unos 150 m de anchura. Es considerado como uno de los principales poblados ibéricos del País Valenciano.

El entorno actual del yacimiento es un espacio forestal con bosque de pino y matorral mediterráneo bajo. Ocupa una extensión de 3,5 hectáreas con una muralla de más de tres metros de anchura en las zonas más accesibles, y por lo tanto más vulnerables. Además, hay dos torres adosadas a la muralla para mejorar la defensa. Hay otro recinto más estrecho situado en la parte más accesible del poblado, en la zona oriental, que está inacabado y que se realizaría para reforzar el control de los accesos. Este segundo recinto define un espacio de 1,5 hectáreas.

El acceso al poblado se hacía a través de cuatro puertas. Hay tres puertas en el sector occidental y una en el extremo oriental. Todas estas son construcciones cerradas por su parte superior y con bancos corridos en los laterales, posiblemente como lugares de guardia o espacios para el control de mercancías.

Estas construcciones protegían los dos batientes de madera, que estaban formados por varias tablas unidas por pletinas de hierro. La anchura de los accesos oscila entre los 150 cm de la Puerta Este y los 250 cm de las puertas Norte, Oeste y Sur. Dos de estas, la Puerta Norte y la Sur estaban tapiadas en el momento de la destrucción del poblado. Tanto las puertas como la muralla conservan actualmente un zócalo de mampostería, pero en su día el alzado estaba hecho de adobe. Además, un camino de ronda permitía la circulación por la muralla, las torres y las puertas.

La Bastida está conformada por una aglomeración amurallada de viviendas con una trama urbana bien delimitada. La organización de las construcciones está estructurada a lo largo de una calle central que, de oeste a este, cruza todo el poblado. Otras calles perpendiculares a esta organizan espacios laterales y espacios sin construcciones a modo de plazas.

Las casas eran de diversos tamaños (entre 70 y 150 m²) y estaban formadas por varias habitaciones y algunas tenían incluso patios. La arquitectura emplea los mismos elementos que los utilizados en la muralla y las puertas. Los muros eran de adobe sobre un zócalo o base de piedras. Todas las fachadas y los espacios interiores estaban alisadas y a veces pintadas. Las casas tenían una sola planta y los techos, que eran planos con leves pendientes para facilitar el desagüe, eran también accesibles para otro tipo de actividades.

La parte central de cada casa estaba formada por el hogar, centro de reunión y símbolo de la vida en familia. En las despensas de las casas, se almacenaban y conservaban los productos cultivados y, además, se realizaban todo tipo de actividades como la molienda e incluso otras tareas más específicas, como el trabajo del metal y el tejido junto a diversas tareas artesanas.