LUGARES ARQUEOLÓGICOS EN ESPAÑA

BAÑOS DE LA REINA DE CALPE

Los Baños de la Reina se encuentran en la localidad de Calpe, en la provincia de Alicante. Este conjunto arqueológico se componía de un palacio romano que constaba de pasillo, patio y ocho habitaciones. Su profusión en mármoles y mosaicos revelan que pertenecía a una persona con un poder adquisitivo elevado. Entre otros elementos, cerca del litoral se ubican unas piscinas artificiales excavadas en roca, y conectadas entre sí por canales, destinadas a piscifactoría y posterior salazón de pescado, unas termas, una noria y cuatro aljibes. Se estima que el origen de los Baños de la Reina se remonta al siglo I d.C., aunque algunas investigaciones apuntan a que su construcción podría ser anterior. La vivienda y su edificio termal fueron edificadas a fines del siglo II o inicios del siglo III y abandonadas a principios del siglo V. Después de la caída del Imperio Romano, el conjunto arqueológico fue utilizado por diferentes culturas y pueblos que habitaron la zona, como los visigodos, los árabes y los cristianos.

Al norte de la piscifactoría romana se erigía un pequeño grupo de portentosas viviendas, pavimentadas con elaborados mosaicos y diferentes tipos de mármol. Una de las casas contaba con un amplio patio circular de 22 metros de diámetro, en torno al cual se distribuían las diferentes estancias. El mismo recinto contaba con una noria para extraer agua dulce del subsuelo, así como con varios aljibes. Ya en época visigoda, una parte del citado patio circular fue utilizado como necrópolis y, sobre los restos romanos, se erigió un templo cristiano hacia finales del siglo VI. Al oeste de los dos anteriores sectores se encuentra el Conjunto Termal de la Muntanyeta que, como su nombre indica, fue originalmente utilizado como termas, aunque posteriormente fue sometido a diferentes reformas para darle otro uso, aún desconocido por los arqueólogos.

El Conjunto Arqueológico se compone de tres sectores diferenciados. El más conocido y legendario, que además da nombre al conjunto, se sumerge en las aguas del mar Mediterráneo, y albergaba un vivero de peces, de los que se hacía salazón y garum.
1. Vicus romano El yacimiento romano destaca por su magnífico diseño arquitectónico y sus mosaicos, siendo en su género, uno de los conjuntos más importantes de toda la Hispania romana. Pese a que hasta la fecha sólo se ha excavado el 25% de su superficie, resulta suficiente para atisbar la magnitud de esta villae romana dotada de todo tipo de lujos hace 2.000 años. Las balsas excavadas en la roca litoral, destinadas al abastecimiento de pescado fresco, dieron nombre al enclave topónimo vigente en la actualidad. Durante el s. I-II d.C. se edificaron las primeras viviendas, un pequeño complejo termal conocido como termas de la Muntanyeta, y un área industrial en el cual destaca la construcción de una singular noria excavada en la roca que abasteció de agua potable al lugar. A finales del s. III d.C. se erigió una suntuosa villae de patio circular dotada de extraordinario conjunto termal privado. Finalmente será en el siglo V-VI, cuando se detecten en el lugar las huellas de la conversión al culto cristiano con la erección de una modesta iglesia con baptisterio de cruz griega y una necrópolis adyacente.
2. Conjunto termal de la Muntanyeta A raíz de los trabajos de remodelación del espigón costero, en el año 1993 salieron a la luz los restos de este pequeño conjunto termal de 500 m de superficie. Entre los hallazgos documentados durante su excavación, se conservan diversas balsas, así como una natatio de agua fría (frigidarium), a la cual se accedía por tres escalones. Junto a ésta, varios hornos eran los responsables de mantener la temperatura adecuada en las salas calientes (caldarium) y templadas (tepidarium). El sistema de calefacción desarrollado por los ingenieros romanos se basó en el uso de suelos huecos elevados sobre columnas de ladrillos (pilae) y paredes con cámaras de aire, construidas mediante tubos cerámicos (tubuli) que facilitaban la circulación del calor a través de las diferentes estancias y las mantenían caldeadas. Unido a estos recintos se localizó una habitación con un pavimento formando espigas (opus spicatum), así como otras dependencias complementarias, destinadas al esparcimiento, que fueron ricamente revestidas con placas de mármol gris procedente de Argelia.
3. Los Viveros romanos de Baños de la Reina. La existencia de unas grandes cubetas dentro del mar, talladas en la roca arenisca conocida como "pedra tosca", y denominadas popularmente "Baños de la Reina mora", han sido las responsables de dar nombre a todo el enclave arqueológico. El conjunto, excavado en la misma costa, está formado por un gran depósito rectangular de 165 m de superficie total. Su interior estaba subdividido por muros de piedra natural, dando lugar a 6 balsas comunicadas entre sí mediante una abertura en cada una de ellas. La entrada de agua marina se realizaba a través de cuatro canales, también tallados en la roca, dos situados al sur y otros dos al este, los cuales permitían la libre circulación del agua a todas las balsas. Estos canales se cerraban mediante compuertas perforadas de bronce o de plomo, lo que permitía el paso del agua y evitaba su estancamiento y la fuga de los peces de su interior. Si bien estos viveros o piscinae están relacionados con la cría del pescado vivo, no se descarta su posible uso como jardín acuático destinado a la contemplación de la belleza marina, al igual que otras villae altoimperiales del Tirreno, donde estas instalaciones, de cara construcción y costoso mantenimiento, constituían además una muestra del poder y prestigio social de su propietario.