LUGARES ARQUEOLÓGICOS EN ESPAÑA

ARCO DE SAN PASCUAL

El Arco de San Pascual es una curiosa formación pétrea de naturaleza cárstica que se encuentra en el llamado Rincón de San Pascual. El Rincón de San Pascual es un barranco que se abre en la ladera oeste de la Sierra del mugrón que se alza en los límites de las provincias de Valencia y Albacete entre los municipios de Almansa y Alpera.

El Rincón de San Pascual da nombre al arco natural de piedra así como a una cueva cercana. El barranco se ensancha en su parte superior creando una especie de anfiteatro natural entre montes. En el centro de ese espacio se encuentra el Arco de San Pascual. De esta manera, al llegar al Arco de San Pascual se produce un curioso efecto seguramente buscado para los que en la Prehistoria sacralizaron este lugar. La entrada al barranco sería como la puerta de entrada al templo y este anfiteatro natural donde se encuentra la formación rocosa sería el templo mismo que en su centro tendría su ara o altar: el Arco de San Pascual.

El arco tiene unos 12 metros de altura y está a 980 metros de altura sobre el nivel del mar. La extraña formación parece, según se entra por el barranco, a primera vista, una gigantesca tortuga que hubiera quedado fosilizada para la eternidad. El valor natural de esta auténtica escultura en piedra formada por el capricho de la naturaleza y la erosión del viento se multiplica con el valor histórico y arqueológico que encierra. En la base del arco, sobre un gran escalón elevado sobre el terreno circundante, encontramos unos misteriosos grabados que dan un alto valor simbólico al Arco de San Pascual.

La composición está encabezada por una gran cazoleta de tendencia cuadrangular de 68 cm de longitud por más de 20 cm de profundidad. en la que vierten otras cazoletas más pequeñas. Alrededor de la cazoleta se disponen extrañas figuras dispuestas en parejas. Son figuras antropomorfas que se han interpretado como parejas de hombre y mujer. Se cree que el lugar pudo ser un santuario prehistórico dedicado a la fecundidad.

Quién sabe qué ritos se celebraron aquí. Pero lo cierto es que observando estas extrañas figuras y las cazoletas con el arco de piedra sobre nosotros podemos imaginar ritos de emparejamientos o sacrificios rituales para propiciar la fecundidad de los seres humanos, de los animales y de la misma Tierra. Quizás también el vertido de agua sobre las pocetas pretendería atraer por magia simpática la lluvia. Lógicamente esto son sólo hipótesis. Pero lo mágico del Arco de San Pascual es esta capacidad que tiene para que nos planteemos cuestiones sobre la espiritualidad de los hombres del pasado. Por ejemplo: entre las parejas que rodean la gran cazoleta destaca una que se encuentra a un nivel superior. La figura principal alcanza los 60 cm de longitud. ¿Podría representar al líder, rey o jefe de la comunidad? ¿Podría ser esta pareja la representación de una pareja mítica primigenia, a modo de nuestros Adán y Eva?

Otra curiosidad es que la oquedad del arco está orientada hacia la salida del barranco, justo en dirección oeste, hacia la puesta de sol. En determinados días del año el sol se pondría por allí y la luz pasaría justo debajo del arco alumbrando de manera mágica los rituales que allí se celebraron. Además, desde justo enfrente del arco y de los grabados, la perspectiva del arco y de la salida del barranco asemeja un ojo.