LUGARES ARQUEOLÓGICOS EN ESPAÑA

ABRIGOS DE LA MONJA

Los Abrigos de la Monja son dos cavidades adyacentes situadas a orillas del conocido paraje del Pou Clar —a unos 2,5 Km al Sur de la ciudad de Onteniente y dentro de su término municipal—. Se abren en el margen izquierdo-Sur del Barranco del Averno, en la base de la pared de la Monja, y sobre una estrecha terraza, a unos 20 m por encima del cauce del río. Con un acceso empinado, pero sin mayor dificultad, los dos abrigos se abren al Norte, inmediatos pero bien diferenciados.

El Abrigo I, situado al levante, es el de mayores dimensiones, con 23 m de largo por unos 5 m de profundidad máxima. Su suelo es relativamente plano, excepto en la banda de poniente donde va ascendiendo escalonadamente y aflorando la roca por todas partes, por lo que no hay depósitos sedimentarios. La línea del techo se inicia a poco más de un metro, en el fondo, ganando altura progresivamente hasta alcanzar los 5 m en el exterior. Prácticamente todas las paredes de esta cueva se encuentran llenas de concreciones calcáreas e intensamente ahumadas —producto de haberse hecho hogueras— así como por grafitis, lo que demuestra ser sitio muy visitado. No se ha podido apreciar ningún motivo o figuración de arte prehistórico, `posiblemente debido al deterioro de las paredes. De hecho, en varios lugares de las paredes y del inicio del suelo se ven algunas manchas de color rojo, que parecen restos de pinturas, sobre todo agrupadas en dos sectores.

El Abrigo II se abre a unos 5 m al poniente del anterior y en un nivel algo más elevado. Mide unos 7 m de largo por unos 2 m de anchura o profundidad, excepto en un rincón, entre el centro y la parte de poniente, donde alcanza los 3,5 o 4 m. Una buena parte del suelo, que es plano, conserva depósito sedimentario. El techo asciende, primero formando unos escalones y después regularmente, hasta llegar a los 4 m de altura en la parte más exterior.

En este abrigo las paredes se encuentran también muy alteradas por fenómenos naturales —coladas estalagmíticas, formas diversas de concreciones calcáreas— y menos por efecto de la acción humana. Las únicas pinturas rupestres localizadas se encuentran en el centro del abrigo a 1,60 m del suelo y en el interior de una capillita natural, que conforma un espacio diferenciado de unos 40 x 50 cm algo más hundido o protegido y con el dintel arqueado.
Figura 1: Barra vertical de unos 17 cm de altura, por un grosor de unos 3 cm. aunque parece ampliarse hacia la base —afectada por un gran descostrado—. De esa barra sale, en su tercio superior y hacia la derecha, un trazo arqueado hacia abajo. Un descostrado impide saber si este trazo mantenía su anchura o si, como se ve ahora, era más fino en el sector de enlace con la barra, ampliándose en su parte final. Color rojo.
Figura2: Dos manchas de pintura, sin forma determinada, separadas por un breve escaloncito de la roca. Se sitúan a unos 5 cm por encima de la figura 1 y en el espacio intermedio se aprecian algunas manchas de pintura que podrían entenderse como una continuación de la figura 1. Color rojo.
Figura 3: Restos de una barra vertical, de unos 4 cm de largo por 1 cm de ancho. A la derecha hay una barrita oblicua, de unos 3 cm de larga con una anchura muy irregular. Color rojo. Entre estas figuras y la figura 1 aparecen una serie de pequeñas manchas.