El Abrigo del Molino se localiza sobre el curso alto de la Rambla de Lucas, próximo al poblado protohistórico del Cerro de las Víboras, el Dolmen de Bagil y de los conjuntos de arte rupestre de cronología histórica de las Cuevas del Esquilo (con restos de pintura de época medieval) y de los Abrigos de las Alubias, en la parte más septentrional del municipio de Moratalla. Además de estos hay numerosos abrigos con pinturas del estilo levantino y esquemático: Abrigos de la Fuensanta, Casas de Charan, Abrigos de Benizar, Barranco Segovia, Abrigos de Zaén, Cueva de los Cascarones o Cortijo de Sorvas. Todos estos yacimientos, tanto de cultura material (Bagil) como de arte rupestre, no sirven para deducir la cronología del yacimiento. El cantil rocoso en el que se abre el abrigo, perteneciente al dominio tectosedimentario del Prebético interno. La covacha, elevada a 1080 m.s.n.m. y con una orientación oeste, presenta unas dimensiones de 30 m de abertura de boca, 4,20 m de profundidad máxima y una altura media de 5,5 m.
El hecho de que las pinturas del estilo levantino, a la que pertenecen las manifestaciones del Abrigo del Molino, no representen nunca actividades de producción, ha llevado a que se las encuadre cronológicamente en un momento inicial del Neolítico, en sociedades cazadoras-recolectoras, ajenas a las nuevas técnicas de domesticación de animales y plantas que se introducen durante el Neolítico.
Las pinturas se distribuyen en dos paneles distintos, situados en la parte central del abrigo y a una altura de 1,80 m respecto del suelo del mismo. A pesar de su pésimo estado de conservación, con numerosos desconchados y seria amenaza de desprendimientos en el soporte, entre los motivos que podemos identificar se encuentran dos representaciones humanas y un cuadrúpedo: ∗ El panel 1 se sitúa ligeramente desplazado hacia la izquierda respecto del centro del abrigo, pudiendo documentar en él tan sólo restos de pintura pertenecientes a un solo motivo. A pesar de su tamaño (15,5 cm) y su intensa coloración roja, al estar muy afectado por formaciones orgánicas no es posible determinar una tipología clara.
∗ El panel 2, alejado apenas 3 m a la derecha del anterior, sí muestra una mayor riqueza compositiva, aunque su pésimo estado de conservación y la situación particular del soporte constituyan una seria amenaza para la supervivencia de las pinturas. Los motivos documentados en este segundo panel son, de izquierda a derecha, los siguientes: Figura 1: Restos de la figura de un cuadrúpedo. Se conservan fragmentos de pintura muy dispersos, pertenecientes al cuerpo, el inicio de los cuartos delanteros y traseros, y de la cabeza, insinuándose una pequeña cornamenta. La forma de estos restos parece indicar que podría tratarse de la representación de un bóvido. Dimensiones: mide 12,4 cm de anchura y 5 cm de altura. Color: rojo (201 U). Figura 2: Figura humana femenina. Se aprecia con claridad la cabeza, de aspecto triangular, parte de un brazo, el cuerpo, alargado y estrecho, y puntos aislados de color que deben formar parte de una especie de falda acampanada. Dimensiones: mide 18,3 cm de altura. Color: rojo (201 U). Figura 3: Figura humana femenina. Semejante en la tipología a la anterior, su estado de conservación es más deficiente. Se conserva tan sólo el tronco, restos de la falda, también de forma acampanada, y débiles restos de las piernas. Dimensiones: mide 16 cm de altura. Color: rojo (201 U). Figura 4: Restos de pintura. Dimensiones: mide 3 cm. Color: rojo (201 U).
El estado de conservación de las pinturas es muy deficiente, con serias amenazas de desprendimiento en la pared. Las pinturas se localizan sobre una delgada plancha de roca caliza que, separada ya de la propia pared de la cueva, está literalmente suspendida en el aire. |