En las estaciones de Arte Rupestre localizamos motivos siempre pintados en rojo, con personajes de pequeño tamaño, que conviven con representaciones abstractas de difícil interpretación. Precisamente constituye el abrigo del Mirador uno de éstos ejemplos. Se advierten signos variados de difícil interpretación que conviven con varios soles interpretados como una escena de tipo religioso relacionada con el firmamento.

Sin lugar a dudas, este abrigo rocoso es el que cuenta con el conjunto de pinturas más completo tanto en número como en variedad de dibujos. La riqueza temática la apreciamos en sus numerosos motivos donde podemos ver toda la representación de sus vidas cotidianas con escenas de caza y escenas agrícolas; aves, líneas geométricas en zigzag, espirales, escenas agrícolas en las que hay también cabañas o chozas y cuadrúpedos, además de figuras humanas y astros solares, útiles y aparejos agrícolas, posibles útiles como un vaso cerámico que podría tener una forma similar a la campaniforme, una hoz, y todo ello con un sol imponente que para dar profundidad y volumen aprovecha la oquedad de la roca.

Pero si algo hay que destacar en el Mirador es la escenificación de sus dibujos, donde se ve una escena de recolección representada por una figura humana apedreando un árbol del que caen sus frutos. También se ve a un hombre, una mujer y un asno caminando, además de una figura humana con los brazos levantados y piernas abiertas, un claro ejemplo de las figuras orantes tan frecuentes en este tipo de pinturas, idolatrando quizás, al astro solar.

Se puede observar en el centro de la imagen el sol, aprovechando estratégicamente el relieve de la roca. En la parte inferior derecha hay un posible rebaño del que cuida un pastor.

Sin lugar a dudas, se trata de uno de los lugares más sagrados para nuestros ancestros en este paraje próximo a la capital soriana.