El abrigo donde se encuentran las pinturas es en realidad una cornisa de unos 20 m de largo, que en el punto donde se localizan forma una pequeña cavidad de unos 5 m de largo, 1,10 m de altura y 2,40 m de profundidad máxima en el SE. En la pared frontal del abrigo, casi en el punto donde comienza el techo, se han documentado 17 pictografías que ocupan aproximadamente 1,77 m de pared rocosa. Se trata de representaciones de varios cuadrúpedos —entre los que destacan un caprino de gran tamaño y un ciervo—, dos figuras humanas y trazos, puntos y restos de difícil interpretación, la mayoría de estilo esquemático-naturalista.
La figura correspondiente al caprino, de estilo esquemático y color rojo-castaño, es la de mayores proporciones de todo el conjunto. Se trata de un animal de cuerpo desigualmente conservado que se apunta en un extremo y da paso a una cola recta y larga. El cuello se inclina acusadamente hacia la zona inferior y la cabeza está formada por un hocico incompleto en el extremo y dos grandes cuernos.
Todas las figuras del conjunto son de color rojo-castaño y las técnicas utilizadas en casi todas ellas son la tinta plana y el trazo simple.
La característica más notable de este conjunto es su singularidad, en contraste con el resto de yacimiento del barranco y de toda la Sierra de Prades. La tipología de las pinturas no permite clasificarlas ni entre el arte naturalista levantino ni en el estrictamente esquemático. |