Las representaciones rupestres de los abrigos I, II y III de Los Grajos se encuentran en el barranco homónimo situado en la Sierra de Ascoy, a 5 kilómetros de Cieza y 550 metros sobre el nivel del mar. Las cuevas se encuentran ubicadas en el mismo barranco, situándose en la parte alta Los Grajos III, la de menor tamaño, y a unos 300 m rambla abajo los abrigos de los Grajos I y II, muy cerca entre sí y elevados unos 10 m sobre la base del barranco. Las primeras noticias relacionadas con las pinturas de los abrigos de Los Grajos se dieron en 1962.
En uno de los abrigos existía también un depósito de restos arqueológicos que dieron una datación cercana al 5.250 a.C. Estos estudios arrojaron la posible existencia de cuatro niveles de hábitat.
En el interior de estas cavidades existen vestigios, entre ellos las pinturas de sus paredes, que muestran el paso de distintas culturas y la utilidad como aprisco o vivienda temporal de estos abrigos. En concreto, los estilos pictóricos más representativos encontrados son el naturalista-levantino, relacionado con una sociedad cazadora-recolectora, el esquemático acorde con un modo de vida asentado en la ganadería y la agricultura, así como figuras realizadas ya en época romana, posiblemente pertenecientes a personajes romanos, ya que algunos especialistas han querido ver en un principio de abecedario una similitud con los tituli picti escritos en la Cueva Negra de Fortuna.
En cuanto a los útiles de industria lítica que hablan de culturas pasadas se deben destacar raspadores, buriles y laminitas con las que trabajaban otros materiales como las maderas o las pieles. En el nivel inferior de ocupación de uno de los abrigos los objetos más significativos encontrados en excavaciones arqueológicas son los buriles y en el segundo nivel las laminitas de borde rebajado. En los niveles superiores desaparecen los buriles, continúa dándose un elevado número de laminitas y aparecen restos de cerámica, tanto en fragmentos lisos como otros decorados con impresiones realizadas con conchas de berberechos, lo que se conoce como cerámica cardial, característicos del Neolítico Antiguo. Estos hallazgos suponen que aunque ya se diera la alfarería, tradicionalmente considerada como uno de los procesos hacia la neolitización y al cambio hacia la sociedad ganadero-agrícola, no habrían cambiado las costumbres en lo que respecta a los lugares de asentamiento, los hábitos de una sociedad cazadora-recolectora y su modelo económico. Junto a estos elementos se han hallado nódulos de sílex trabajados, viendo en estas elaboraciones uno de los principales recursos económicos de las poblaciones de la zona.
Abrigo I: El Abrigo número I posee dos paneles con representaciones pintadas. El situado más a la derecha contiene varias escenas, siendo la principal, de estilo Naturalista levantino, la más importante. En este panel los personajes tienen su sexualidad perfectamente caracterizada. Los personajes masculinos, completamente desnudos, y los femeninos, vestidos únicamente con una falda acampanada, están representados en una escena de danza. Completan el panel varias figuras de animales y algunas figuras humanas más, pero de una época posterior, ya que corresponden a un estilo diferente, al llamado arte Esquemático. El segundo panel, también con representaciones de estilo Naturalista, está peor conservado. Posee figuras humanas, pero su deficiente conservación impide apreciar el tipo de escena dibujada, pudiendo ser de danza o de acosadores de animales para su captura.
Abrigo II: El Abrigo II, que ha sufrido a lo largo de la historia un intenso proceso de degradación por causas naturales y antrópicas, conserva sólo unas pocas representaciones pintadas, aunque probablemente debieron ser mucho más numerosas. Éstas corresponden al estilo esquemático; pudiéndose observar algunas figuras humanas en la forma de phi (similares a las de otros yacimientos de la Región como el Abrigo del Buen Aire en Jumilla). Completan el panel cuatro figuras de cuadrúpedos, probablemente cápridos.
Abrigo III: El Abrigo III fue hallado casualmente en una excursión realizada por un grupo de escolares en 1995, descubrimiento que posteriormente comunicaron al director del Museo Arqueológico Municipal de Cieza. Conserva sólo un pequeño panel de unos 20 cms. de altura por 35 cms. de longitud. En él se puede observar un cérvido de perfil, tres representaciones humanas femeninas, con falda triangular, otra más, de la que su deficiente conservación impide su interpretación, y, por último, un cuadrúpedo. |