Situado a escasos metros del río Truia, tributario del Nalón, y próximo a la carretera y a la localidad de Tuñon, en el concejo de Santo Adriano en Asturias, el Abrigo de Santo Adriano es un pequeño covacho rocoso orientado al sur.
Este abrigo alberga un importante conjunto de grabados del Paleolítico Superior compuesto por figuras zoomorfas (principalmente bisontes, ciervas y cabras) que en total suman unas 30 figuras distribuidas en las paredes este y oeste. También contiene algunos signos aspados.
Santo Adriano pertenece a un conjunto de lugares con arte parietal denominados "santuarios exteriores" por su ubicación en los vestíbulos de las cuevas o en abrigos donde llega la luz solar. Se atribuyen cronológicamente a la etapa artística denominada "Horizonte II" del Nalón Medio, que se corresponde con los períodos Gravetiense e inicios del Solutrense. Aunque otros autores abogan por una mayor antigüedad de estas manifestaciones llevándolas hasta los inicios del Paleolítico superior, en el periodo Auriñaciense.
De acuerdo a lo conocido en otros sitios como arte rupestre de la cuenca del Nalón, la figura más representada es la cierva, completa o parcialmente, siguiendo el estereotipo formal del Nalón, que presenta una gran economía de líneas y una fuerte expresividad, captando hábilmente actitudes de movimiento y dotándolas de gran dinamismo. También aparece la cabra y varios bovinos, destacando entre estos últimos dos excepcionales representaciones de bisonte, de extraordinario esquematismo pero poderosamente expresivos, y que recuerda de manera notable los más arcaicos bisontes que aparecen pintados en la cueva de El Castillo (Puente Viesgo, Cantabria).
Junto al arte rupestre también se documentaron restos de industria lítica y ósea, testigos del yacimiento arqueológico que fue desapareciendo probablemente debido a las crecidas del cercano río Trubia. |