Cueva situada a, unos 3 km al oeste de L′Albi.

Las pinturas se localizan en un abrigo no muy profundo de piedra arenisca de unos 10 m de longitud y 3 m de altura. La morfología redondeada del techo y las paredes, así como la base estrangulada por los fenómenos erosivos, le dan una forma peculiar de seta.

El conjunto pictórico está orientada al oeste y ocupa una superficie de 3,40 m x 50 cm y contiene un total de 11 representaciones correspondientes a un ciervo de unos 35 cm de cuerpo compacto, patas cortas y gran cornamenta, un caprino de aspecto tosco y compacto, con las extremidades cortas y gruesas y unas grandes cuernos que hacen pensar en la representación de un gran macho cabrío, trazos, restos y puntos. Cubriendo parte del ciervo y prolongándose hasta el extremo derecho del friso —ocupando una superficie de 115 cm de ancho y 31 cm de altura— se localiza un conjunto de puntos, distribuidos en 9 líneas en sentido horizontal. Las pinturas muestran diferencias técnicas (tinta plana, trazo simple, trazo simple vertical, digital y puntiforme) y cromáticas (rojo-castaño, castaño rojizo, castaño, castaño oscuro, castaño carmín, rojo claro y castaño violáceo). Este conjunto combina dos estilos, naturalista y esquemático. El primero está representado por el ciervo y el segundo, por el gran conjunto de puntos, uno de los más importantes de Cataluña (se contabilizan más de 400 puntos). La forma tan bien organizada de los puntos y la estrecha relación con el ciervo hacen pensar en alguna forma de cómputo, asociada al cuadrúpedo un animal divinizado. Asimismo, en la parte superior de la pared frontal se observan varios conjuntos grabados de pentalfa y de una cruz blanca que podrían datar de época medieval.

Las pinturas fueron descubiertas en 1995 por unos cazadores de la zona.